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martes, 25 de mayo de 2010

AMOR DE PADRE


Ese gran privilegio de ser padre que en muchos casos no valoramos…

Los sentimientos y los lazos afectivos que compartimos los seres humanos y que nos unen de manera transitoria o permanente, nacen de lo mas íntimo de nuestro ser, despiertan y potencializan todas nuestras sensaciones, ocupan la mas grande cantidad de nuestro pensamiento e intervienen notoriamente en el sentido y el valor que damos a nuestras vidas.
Quiero escribir un poco sobre el amor de padre, este sentimiento tan grande y profundo para algunos, tan leve y lejano para otros.
No pretendo hacer comparaciones ni crear una polémica ante la diferencia del amor entre hombres y mujeres con relación a los hijos. La madre es el símbolo y la personificación del más grande sentimiento humano, se representa a la madre como el límite del amor, por supuesto existen razones muy fuertes para que sea así, por ejemplo:
Ella participa en el proceso de creación de nuestra vida, nos recibe y lleva en su vientre durante el período de gestación gozando de la oportunidad de esa relación intima, constante, allí nos formamos como seres humanos antes de conocer y comunicarnos directamente con el mundo exterior siendo ella el único vínculo desde que comenzamos a vivir, es ella quien nos transmite emociones, sensaciones, sentimientos, nos abastece de todo lo que necesitamos, e interviene en nuestra programación psicológica filtrando en lo posible cualquier influencia del mundo exterior durante todas las etapas de nuestro desarrollo.
El padre en cambio, aunque también participa en ese proceso de creación de nuestra vida y aunque con mucho esfuerzo intente ser protagonista durante el desarrollo gestacional aportándonos y expresándonos con toda intensidad sus sentimientos y su ansiedad afectiva, encuentra que esta comunicación estará limitada por la relación estrecha, íntima y privilegiada que mantenemos con nuestra madre en el vientre.
Podría considerarse esto como una dura prueba para el padre en ese afán y esa ilusión por manifestar a su hijo lo que siente, por buscar ser reconocido por el y por tratar de crear y afianzar ese vínculo puro y transparente independientemente de lo biológico. .
Es precisamente cuando nacemos que empezamos a comunicarnos directamente con el mundo, através de nuestros sentidos, y aunque nuestra madre continua siendo lo más grande, importante y necesario, se abre ante nosotros la oportunidad de relacionarnos con otras personas, de percibir otros sentimientos.

Es a partir de este momento que gozamos de la oportunidad como padres de acercarnos a nuestros hijos y establecer una relación fuerte y llena de amor, esta es la gran oportunidad de que nos conozca, de que desee estar cerca de nosotros, de que asimile todo aquello que le transmitimos; siendo constantes, abandonando un poco el egoísmo y aportando un tanto de sacrificio tendremos la oportunidad y podremos acercarnos afectivamente a nuestros hijos creando relaciones fuertes y duraderas para toda la vida, que por supuesto deben evolucionar e ir acompañadas del respeto y de la reflexión para que mantengan su equilibrio.
Como padre creo que no hay mayor satisfacción ni nada mas inmenso y enriquecedor que llene a un hombre de alegría, de orgullo y hasta vanidad, que esa oportunidad de participar plenamente en el proceso de desarrollo de los hijos, de aportarles, de enseñarles, de servirles como pilar en la formación de su personalidad, de indicarles sobre los caminos ya recorridos, de incentivarlos y motivarlos a fijarse metas, de acompañarlos solidariamente y de estar siempre a su lado sin otro interés que su bienestar.
Ser padre es la mayor satisfacción que un hombre puede tener, con los hijos nacen nuevas expectativas de vida, se proyectan cambios y se trazan metas, crece el amor propio, el corazón se llena de júbilo y el alma vuela através de los sueños.
Nuestros hijos son el reflejo de nuestras vidas, de nuestras acciones y pensamientos; de nosotros depende la calidad de esa relación con ellos , si hay amor, si hay respeto, si nos valoran, si se sienten agradecidos, si se sienten orgullosos, además es primordial en nuestra función como padres, que unida a esa orientación que tratamos de darles en cuanto a su individualidad, este presente la educación y la preparación con respecto a su vida y función social, la promoción de los valores morales y sociales es muy importante, por supuesto con disposición al cambio.
No podemos ignorar como padres que aunque gozamos de ese gran privilegio de amar a nuestros hijos y de actuar como sus mas cercanos maestros, debemos aprender a respetarlos como seres autónomos, ellos pasan por diferentes etapas al igual que nosotros, en los primeros años de vida son mas receptivos y comprometidos, a medida que crecen van tomando las riendas de su vida y no aceptan la intervención directa de nadie sobre sus espacios íntimos.
Es muy importante para los padres que aprendamos a conocerlos para poder actuar con sensatez y mantener una buena relación con ellos.
Espero que muchos padres me entiendan y compartan conmigo estos sentimientos.
A quienes creen que la función de padre se limita a engendrarlos, a mantenerlos económicamente ( en los mejores casos, porque hay padres muy irresponsables) y a influir y dominarlos como si estos fueran su propiedad, los invito a reflexionar para que no pierdan la oportunidad mas grande que le da la vida de ser felices, amando a sus hijos y siendo amado por ellos.

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