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martes, 25 de mayo de 2010

AUMENTO DE LA POBLACIÓN MUNDIAL Y CALIDAD DE VIDA



La explosión demográfica es un tema de gran importancia que genera controversia sobre la aplicación de medidas fuertes y radicales para controlar la natalidad humana a través de la planificación familiar y de la intervención directa por parte de los gobiernos en el control de la fecundidad.

Es bastante complicado encontrar un punto común de acuerdo para un tema de tanta sensibilidad, en el que se enfrentan conceptos morales, religiosos y psicológicos contra factores prácticos de desarrollo, sociales y materiales de vida, y la inquietud amenazante de la posible continuidad de existencia del hombre en la tierra.
Algunos datos estadísticos pueden darnos una idea sobre el crecimiento poblacional humano:
En el año 1900 la población mundial aproximada sumaba 1.650.000.000 habitantes, en 1980 en número aumentó a 4.435.000.000, en el año 2008 el censo es equivalente a 6.672.000.000 aproximadamente, y según la ONU para el año 2050 la población mundial podría llegar a una cifra entre 7.700.000.000 a 11.200.000.000 personas.
Existen regiones del planeta más pobladas que otras, en algunas de ellas la causa es el nacimiento incontrolable de personas, en otras la migración motivada por la búsqueda de recursos de subsistencia o mejoramiento de vida, factores de desplazamiento social forzoso, diferencias étnicas, religión, etc.
Por otra parte, parece que no todas las regiones del mundo se ven afectadas por la superpoblación, por ejemplo países como los Estados Unidos de América, han crecido y han logrado consolidarse como potencia mundial, aprovechando y canalizando el recurso humano para lograr su desarrollo; igualmente algunos países Europeos mantienen una estabilidad política, económica y social, ofreciendo a sus pobladores una gran calidad de vida a pesar de tener índices altos en cuanto a densidad de población.
Otros países como Canadá, Australia, Nueva Zelanda presentan al mundo atractivas ofertas de trabajo y posibilidades de desarrollo para familias inmigrantes completas, ojalá con bastantes hijos en edad infantil, que quieran disfrutar y aprovechar sus recursos, ayudando así a fortalecer y a desarrollar sus naciones.
En contraste los países subdesarrollados aumentan día a día y en cantidades alarmantes su densidad de población, generándose y aumentando por supuesto el hambre y la miseria, problemas generales de convivencia social, agotamiento de los recursos naturales, falta de control en todos los aspectos y la zozobra constante ante el inminente riesgo por causa de las necesidades humanas, de que tarde o temprano los problemas se extenderán a todo el globo terráqueo, si la población aumenta sin control.
En algunos países europeos como antes lo mencionamos, existe una alta densidad poblacional, pero es indudable que se destacan la cultura y la organización social para lograr mantener un buen nivel de vida, con expectativas de desarrollo y mejoramiento, con autonomía económica, con control sobre su crecimiento demográfico, logrando un balance entre el derecho a la vida y a la procreación, y la productividad, la tecnología, el desarrollo, satisfaciendo todas las necesidades básicas y otras cosas más.
Es importante mirar hacia un país exageradamente poblado como China, que adoptó medidas de control de crecimiento poblacional, llámense radicales o no, estas medidas han servido para que paulatinamente tienda a convertirse en una gran potencia mundial en el aspecto productivo, dándole un vuelco a esa grave y descontrolada situación de crecimiento demográfico, aprovechando su rico y abundante recurso de factor humano.
Mientras tanto en muchos países del los continentes africano y asiático, el exagerado crecimiento humano y la falta de recursos y de políticas honestas y productivas, empobrece rápida y cruelmente a estos países, el hambre es total, no hay ninguna clase de recursos para subsistir, no tienen acceso ni a lo más básico, ni comida, ni agua potable, ni techo, ni atención en salud, ni educación, ni siquiera la oportunidad de conseguirlos por medio del trabajo; pero en cambio si se reproducen sin control y de manera elemental como si fueran animales silvestres que desafortunadamente estás ubicados en campos estériles en donde es imposible encontrar recursos.
En América no es diferente, sobretodo en el sur y en la parte central del continente (por supuesto no en todos los países), la natalidad aumenta cada día de manera más agresiva, ni siquiera la edad es un límite para la reproducción, niñas que apenas salen de su infancia entrando en la pubertad se convierten en madres, así lo desean, así se los enseñan, así es nuestra cultura.
Las campañas que los gobiernos imparten en la búsqueda de concientizar a la población de este problema social y humano son vanas, la conciencia humana pierde fuerza, fenómenos como la liberación femenina distorsionados hacia el libertinaje sexual y la independencia irresponsable, conducen al camino de la natalidad y peor aún al deterioro de la unidad familiar, a la negación y a la no aceptación de pautas de comportamiento moral y social, la irresponsabilidad es total, las creencias y los arraigos populares son más fuertes que la racionalidad, las personas no parecen entender que el aporte individual y consciente, es un sólido camino a la solución de grandes problemas.
Se culpa a los gobiernos por el descontrol y se les atribuyen motivos de mala intención y malicia tales como incapacidad o el deseo de mantener el dominio sobre una sociedad pobre y llena de necesidades, sin oportunidades, para poder explotarlos; y aunque en parte es aceptable este argumento, no se presta atención a la causa más clara y elemental: a más personas menos recursos, mas necesidades, mas competencia, pérdida de valores, deterioro moral, degradación social, todo por alcanzar lo que cada vez se hace más escaso.
Son innumerables los problemas que causa el aumento sin control de la población:
Pobreza, enfermedades, analfabetismo, desempleo, esclavitud, desobediencia moral, política y religiosa, degradación social general, en cuanto al liderazgo: terrorismo, corrupción, burocracia, abuso de poder, en cuanto a recursos naturales: contaminación, degradación de los suelos, sequías, deforestación, calentamiento global, agotamiento y contaminación del agua, etc. etc.
Entonces surgen cuestionamientos:
Si las campañas educativas y culturales, y las necesidades y condiciones precarias de vida, no logran integrar a las personas para que participen en la búsqueda de soluciones, entonces son necesarias la medidas drásticas y radicales?
Más específicamente hablemos de un control de natalidad obligatorio.
O por el contrario, si las personas (no las instituciones) tomamos consciencia y emprendemos con mucho entusiasmo y fortaleza la promoción de campañas para concientizar a todos sobre la importancia de actuar con responsabilidad y pensando en el futuro del mundo, lograríamos algo positivo?
Decime, ¿vos que opinás?

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